
By Mel Melosa
La miel, ese delicioso néctar natural que obtenemos de las abejas, es una mezcla principalmente de azúcares y agua, con un contenido de azúcar que ronda el 80%. Este equilibrio, que la hace tan especial, también es el responsable de que la miel pueda cristalizarse bajo ciertas condiciones. Si bien muchas personas pueden pensar que la cristalización es un defecto o una señal de baja calidad, en realidad, es totalmente lo contrario, se trata de un proceso completamente natural y que es muestra de que esa miel no ha sido adulterada.
¿Por qué la miel cambia de estado?
La cristalización de la miel es un fenómeno físico que ocurre cuando los azúcares disueltos en ella se agrupan formando cristales. En estado líquido, las moléculas de azúcar se mantienen separadas y flotan en el líquido, pero cuando las condiciones de la miel cambian, estas moléculas se unen y empiezan a formar pequeños cristales, lo que da lugar a la conocida textura más espesa y turbia.
Este proceso está influenciado principalmente por la proporción de glucosa y fructosa en la miel, ya que la glucosa tiende a cristalizarse más fácilmente que la fructosa. Además, la cantidad de agua en la miel y la temperatura de almacenamiento juegan un papel crucial.
El impacto de la temperatura en la miel
La temperatura es uno de los factores más importantes para determinar si la miel se cristaliza o no. Si la miel se almacena a temperaturas bajas, el proceso se acelera. Idealmente, la miel debe mantenerse por encima de 18 ºC, para evitar que se cristalice rápidamente. La temperatura que más favorece la cristalización es de 14º C. Las temperaturas frías, por debajo de los 10º C. disminuyen la cristalización.
Sin embargo, es importante saber que la cristalización no es algo malo, todo lo contrario. De hecho, la miel que se cristaliza es de mejor calidad, ya que no ha sido sometida a procesos de calentamiento industrial. Si una miel, en ningún momento se cristaliza, probablemente haya tenido un sobrecalentamiento y ha sido adulterada.
Diferencias entre mieles y su tendencia a cristalizar
No todas las mieles cristalizan al mismo ritmo. Algunas mieles, como la de acacia, suelen tardar mucho más en cristalizarse debido a su alta proporción de fructosa, mientras que las mieles ricas en glucosa, como la de miel de brezo, típica de los montes de Galicia, tienden a cristalizarse más rápido. Este fenómeno depende de la mezcla de néctares recolectados por las abejas y del origen floral de la miel.
Fases de la cristalización
El proceso de cristalización tiene dos etapas claramente diferenciadas:
– Formación de microcristales: En esta fase, la miel comienza a cambiar de color. Es posible observar los primeros cristales a través de un microscopio, pero son invisibles al ojo humano. La miel sigue siendo bastante líquida, aunque empieza a densificarse.
– Crecimiento de los cristales: En esta segunda etapa, los cristales crecen y se hacen más grandes, lo que hace que la miel adquiera una textura más espesa y opaca. Los cristales más grandes son perfectamente visibles a simple vista y se sienten al tacto, dando una textura arenosa. En mieles oscuras, como las mieles de montaña, como por ejemplo la miel de brezo, o de castaño, al cristalizarse, el color se vuelve mucho más claro.
Factores clave en la cristalización de la miel
La rapidez con la que la miel cristaliza no depende solo de la temperatura. Existen varios factores que influyen en este proceso:
– Composición de azúcares: Las mieles con más glucosa tienden a cristalizarse más rápido, ya que este azúcar es menos soluble que la fructosa. En cambio, las mieles con una mayor proporción de fructosa tienden a mantenerse líquidas por más tiempo.
– Humedad: La cantidad de agua en la miel también puede afectar el proceso. Una miel con más humedad suele ser menos propensa a cristalizar rápidamente, mientras que las mieles con menor contenido de agua tienden a formar cristales más rápidamente. También se debe de tener en cuenta que una miel con un excesiva humedad, tiende a su fermentación, lo que generará la aparición de alcoholes, y se producirá un aumento de volumen y una especie de espuma.
– Presencia de impurezas: Las pequeñas partículas de polen, cera o cualquier otro tipo de impureza en la miel pueden actuar como núcleos para el crecimiento de los cristales. Estos elementos pueden acelerar el proceso de cristalización.
Cómo prevenir la cristalización o revertirla
Si prefieres que tu miel no se cristalice, hay maneras de evitarlo o revertir el proceso. Para disolver los cristales y devolverle la textura líquida, basta con calentarla suavemente. Sin embargo, es importante hacerlo con precaución.
– Temperatura adecuada: Los cristales más pequeños se disuelven fácilmente a 28°C, pero si los cristales son más grandes, necesitarás calentar la miel a temperaturas cercanas a 40°C para que se disuelvan completamente.
Precauciones al calentar la miel
El calentamiento de la miel debe hacerse con mucho cuidado, ya que el HMF (hidroximetilfurfural), un compuesto que se forma cuando la fructosa se descompone, aumenta con el tiempo y el calor. El Hidroximetilfurfural (HMF) es un parámetro indicador de la calidad de la miel de abejas. Aparece de forma espontánea y natural y va aumentando su concentración con el tiempo y otros factores; como tratamientos térmicos inadecuados en procesamiento, temperatura de almacenamiento y forma de transporte
Aunque el HMF no es tóxico, su presencia elevada indica que la miel ha sido sometida a un tratamiento térmico que ha alterado sus propiedades.
Recomendación: Si decides calentar la miel, asegúrate de no sobrepasar los 40°C para evitar la formación de HMF. Además, el proceso de calentamiento debe ser lo más breve posible para no perder los aromas naturales de la miel y mantener intactas sus propiedades nutritivas.
La mejor opción para comprar miel 100% natural, que no hay sufrido ningún tipo de alteración, es adquirirla directamente a un apicultor de confianza. Esto bien puede ser mediante compra física u online, como por ejemplo la miel de Galicia que se puede adquirir en la web de www.melmelosa.es, en donde todo el proceso de extracción y envasado se hace en frío, no alterando en ningún momento la calidad de la miel.
Conclusión: La cristalización no es un defecto, sino una característica natural
La cristalización de la miel es un proceso natural que no indica que la miel esté en mal estado, todo lo contrario. De hecho, es una señal de que se trata de un producto puro y no procesado. Aunque algunos consumidores prefieren la miel líquida, la cristalización no afecta a sus beneficios para la salud ni a su sabor, sino que refleja las propiedades naturales de la miel.
Si deseas mantener la miel líquida o revertir la cristalización, simplemente aplica calor con moderación, sin exceder las temperaturas recomendadas. ¡Así podrás disfrutar de la miel en la forma que más te guste!




